Desarmar para volver a armar
Tuve un sueño rarísimo: se rompía el bidet del baño en el peor momento posible (sí, justo cuando ocurre una escatología). La única forma de solucionarlo fue sentarme, desarmarlo por completo y volver a armarlo. Paso por paso. Pieza por pieza.
Así me siento ahora, después de una conversación intensa con mi mamá, mi tía y mi abuela. Como si necesitara desarmarme y rearmarme de nuevo.
¿Juntar esas piezas de nuevo por qué? Porque en los últimos meses la vida dejó de ser la misma. El cauce del río cambió de dirección de golpe, y no fue para bien. Fue como si alguien me empujara, con fuerza, hacia un lugar incómodo. Un dolor que transforma, que hace crecer, pero que duele feísimo. Personas que pensé que eran diferentes hoy son completos extraños. Como una de esas ficciones que se escriben solas y ni siquiera vos podés creer que las protagonizás.
En ese mismo sueño extraño, aparezco en una...