Desarmar para volver a armar

Tuve un sueño rarísimo: se rompía el bidet del baño en el peor momento posible (sí, justo cuando ocurre una escatología). La única forma de solucionarlo fue sentarme, desarmarlo por completo y volver a armarlo. Paso por paso. Pieza por pieza.

Así me siento ahora, después de una conversación intensa con mi mamá, mi tía y mi abuela. Como si necesitara desarmarme y rearmarme de nuevo.

¿Juntar esas piezas de nuevo por qué? Porque en los últimos meses la vida dejó de ser la misma. El cauce del río cambió de dirección de golpe, y no fue para bien. Fue como si alguien me empujara, con fuerza, hacia un lugar incómodo. Un dolor que transforma, que hace crecer, pero que duele feísimo. Personas que pensé que eran diferentes hoy son completos extraños. Como una de esas ficciones que se escriben solas y ni siquiera vos podés creer que las protagonizás.

En ese mismo sueño extraño, aparezco en una cafetería decorada al estilo Bauhaus. Una cafetería mía, o de mis hermanas, o de todas nosotras. Un extranjero se acerca a ver unos cuadros horribles que estaban sobre una mesa y me pregunta:
“Do you like that?”
Y yo le respondo:
“I don’t like that, but I’m not the boss.”
Y después, sin explicación, estoy arreglando un bidet como si mi dignidad no hubiera existido nunca.

Definitivamente estoy en un momento de cambio. Como le dije esta mañana a mi manicurista, estoy empezando a hacer lo que quiero, y eso mueve piezas del tablero de una forma que incomoda. No es cómodo para los demás, pero lo es para mí. Y ahí, en medio de todo ese caos, me acordé del canal de YouTube que solía mirar en pandemia: TysyTube Restoration. Un tipo que restauraba cosas oxidadas y arruinadas con una paciencia que me conmovía. También estaba ese viejito inglés o irlandés —no me acuerdo bien— que arreglaba autitos de juguete. Lo recuerdo con tanto amor.

Me encantan los autitos de juguete. Son mi placer culposo. En esos videos, a veces las piezas estaban tan destruidas que tenían que fabricarlas desde cero. Ahí está la clave del amor propio, amiga: poder hacerte a vos misma las piezas que te faltan. Tener paciencia para reconstruirte. Cuidarte. Entender qué va y qué no va más.

Y no es fácil, yo siento que la vida me corre de atrás, me grita, me apura. Miro mi agenda de la semana y ya está desbordada. Me abrumo. Me hundo en una siesta de sábado, mientras mi prima pone una película de zombies arrasando Buenos Aires. ¿Era eso o colapsar? No sé.

¡No, chicos! ¡Frenemos un poco!

Respiremos.Salgamos a correr.Expandamos los pulmones.

La vida se trata de eso: de respirar, de cambiar piezas oxidadas, rotas, o que ya no encajan. Las que YA NO VAN. Las que no funcionan más. ¡No insistas! YA NO VAN. Ya no son parte de vos. Y este no es un mensaje para vos lo es para mi.

Ahora hacete un upgrade.
Y pa’ delante.

Pero sin prisas.
Disfrutando.

Con amor.Como si fueras un autito de juguete en manos de alguien que quiere verte brillar otra vez.

 
2
Kudos
 
2
Kudos

Now read this

Fuiste chispa, fuiste fuego, fuiste espejo

Una carta que nunca te di, pero que arde cada vez que la releo. Fuiste una chispa. Fuiste fuego de verano. Fuiste espejo. Fuiste todo eso que pensé que ya no existía. Me dejaste pensando en vos todo el día. Y no me arrepiento. Porque... Continue →