Torbellino emocional
Este fin de semana fue una cosa de locos, desde la semana pasada que estoy batallando con mis enojos por situaciones que me pasan en la facultad y que sinceramente no se pueden controlar. Tengo la mala costumbre de querer controlarlo todo a mi alrededor, que nada se escape de mis manos y que los planes salgan de acuerdo a lo que yo quiero.
Empece mal el viernes pasado, cuando el plan de tratamiento no estaba encausándose bien, tengo a mi persona favorita de cable a tierra y no lo vi en esos días, eso hizo que todo se ponga peor pues la descarga no tenia por donde fluir, la cuestión es que después lo estuve llevando todo a mi cabeza y pensando demasiado en mucas cosas. Pero como siempre pensando mal y mezclando situaciones que no tenían nada que ver una con la otra. Mucho pensamiento recurrente mal administrado
Entonces después de tanta estupidez llegue a la conclusión, de que tengo que mejorar mi respuesta emocional y no tratar de llevarle todo esto a alguien especial o tratar de maltratarme a mi misma, saber que las cosas no siempre van a salir como yo lo espero o yo lo quiero, y bueno empezar a madurar en ese aspecto.
Sinceramente no sé que sucedió en estos días, pues este entrenamiento iba bien, pero a veces también pienso que es que todo se viene encima siempre a esta altura del año, estas entradas de arrepentimiento y autocompasión (súper sosas) son comunes en mi diario intimo. Siempre necesite a alguien que me diga las cosas como son, la verdad que tengo a dos buenas personas que están ahí para ayudarme y aunque después me rompa en llanto, porque siempre pasa, me siguen abrazando y diciendo que esto me pasa por necia.
Espero en los años que quedan poder crecer en mis emociones y ya de una vez por todas dejar de pensar mal, no sé si dejar de pensar, pero poder controlarlo y aceptar lo que me toca vivir por las elecciones que tome alguna vez.
Te recomiendo que hagas introspección en tu vida y empieces a conocerte mas, pues es la única manera para poder crecer y amarte. Yo lo voy a seguir intentando.
Llega el día que despertamos con la conciencia de que nadie va a venir a “salvarnos” y que nosotros mismos somos responsables de nuestra vida…